Lo digital es la nueva normalidad

 

El mundo ha descubierto de pronto las posibilidades de trabajar de forma remota, esta situación genera un nuevo segmento de la población formado por teletrabajadores y nómadas digitales que demandan una nueva economía para atender sus demandas de organización, logística, vivienda, conectividad, espacios colaborativos, turismo y ocio local, coberturas y seguros, visas, entre otros aspectos.

El inicio de la pandemia en 2020 dio lugar a una aceleración global en la adopción de plataformas y servicios digitales. Este aumento se consolidó en 2021, cuando quedó claro que lo digital es la nueva normalidad: un mayor trabajo remoto y una explosión del comercio electrónico.

Con la llegada de la pandemia de la COVID-19 y el confinamiento durante la primavera de 2020 surgió, como elemento imprescindible para continuar la productividad empresarial, el formato del teletrabajo. Una forma de vida que ya practicaba un porcentaje de personas reducido, pero que explotó con la pandemia y que ha llegado para quedarse.

Ante la caída total del turismo por la pandemia, Canarias reaccionó bien con una campaña institucional de atracción de teletrabajadores no residentes (remote workers) que trajo a las islas a un número importante de teletrabajadores y colocó a las principales ciudades del archipiélago, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, en el Top 10 de la “Nomad List”, la lista de referencia mundial de los destinos más preparados y demandados para teletrabajar.

Durante el primer año de la pandemia, los alojamientos de La Palma también empezaron a notar esa demanda de alojamientos preparados para teletrabajadores. La principal consulta que se realizaba en las centrales de reservas o a los/as propietarios/as tenía que ver con la disponibilidad y calidad de la conexión a internet en el alojamiento. Hubo un cambio de comportamiento, se pasó de preguntar mayoritariamente por piscinas a consultar sobre los equipamientos necesarios para hacer teletrabajo en el alojamiento.  Esta situación llevó a que la inmensa mayoría de los/as propietarios/as solicitaran la instalación de fibra óptica en sus alojamientos o al menos de algún sistema de banda ancha.

Ante esta nueva realidad muchos destinos turísticos han emprendido un plan de acción para ir a la caza de los “Nómadas Digitales”, no solo porque estos amplían la estancia media en el destino y por tanto el gasto, sino también por su talento, lo que puede suponer una herramienta para impulsar la economía local.

«La remuneración de los nómadas digitales proviene del exterior y los recursos traídos por esos inmigrantes digitales mueven la economía local»

Pero el reto implica también cambiar leyes nacionales más allá de los destinos turísticos locales o regionales. Se hace necesario legislar para facilitar visas fáciles de obtener, que requieran menos papeleo que una visa de trabajo tradicional y permitan legalizar el estado de trabajadores que lleguen a un destino turístico sin que estén ligados a una empresa local en particular. En este sentido, el Consejo de Ministros del Gobierno de España aprobó en diciembre de 2021 el proyecto de Ley de Startups, con el objetivo de activar las «visas para nómadas digitales», “atraer talento e inversión» y dar apoyo a “empresas de rápido crecimiento y base tecnológica”. Con la recién introducida Ley de Startups, los extranjeros podrán vivir y trabajar en España de seis a doce meses sin necesidad de un visado oficial de trabajo, siempre que obtengan al menos el 80% de sus ingresos trabajando para empresas no españolas.

Este marco legal se hace necesario para que los extranjeros puedan vivir legalmente en un destino turístico durante un periodo superior a 3 meses y trabajar de forma remota sin preocuparse de cometer alguna ilegalidad.

Preparar un destino turístico para los nómadas digitales requiere de una buena oferta de alojamientos equipados con banda ancha y mobiliario cómodo para el trabajo, así mismo, de actividades de ocio en el entorno pensadas para socializar entre ellos y con las costumbres locales y de infraestructuras como los famosos “coworking” para compartir sus conocimientos y los “colivings” para compartir vida y experiencias.

Trabajar es una acción y no un lugar. La tecnología ha eliminado muchas barreras del trabajo, vamos camino de un mundo donde lo real y lo virtual se combinan dando lugar a una nueva realidad (el metaverso), vamos camino de sistemas financieros globales, de criptomonedas y de un mercado de trabajo remoto global con visas globales, seguros de salud global, etc. Y nada de esto tiene vuelta atrás.